Tuesday 10 June 2014

La Biblioteca de Continental School: el origen de la idea



Fachada de Continental School, Ashaiman; Ghana.
Cuando conocimos la Escuela Continental por primera vez, las aulas estaban oscuras y vacías. Llegamos al barrio de Ashaiman sobre las seis de la tarde, cuando el sol se escondía detrás del edificio de bloque a medio construir, con pinta de estar abandonado.

 Mr. Sampson, el director, nos dijo que a esa hora los alumnos estaban ya en sus casas.

En menos de cinco minutos la habíamos recorrido de punta a punta: un único pasillo principal, las cuatro aulas rudimentarias en las cuales se distribuyen a todos los grupos de alumnos de edades comprendidas entre los tres y los 14 años; una habitación llena de trastos viejos que hacía de cocina y un patio desolador: una parcela de tierra, sin nada más destacable que un árbol, único rincón de sombra bajo el cual se aparca el tro tro (furgoneta) con la que el director lleva a la mayoría de los alumnos que no viven por la zona.

No hay agua corriente, no hay electricidad, no hay material escolar, no hay juegos, no hay libros.

Tro tro de Mr. Sampson, director de la escuela.
En la parte de atrás, hay tres baños básicos construidos de los cuales sólo funciona uno, que simplemente tiene un sanitario. Al lado, hay unos habitáculos más donde en teoría deberían construirse otros cuartos de  baños, pero por falta de recursos económicos aún no están terminados ni tienen  inodoros. Estos habitáculos sirven igualmente de baños 'auxiliares' y  los alumnos orinan  dentro de ellos, sobre unos orificios que hay en el suelo de tierra.

La escuela se conserva en mal estado: muros de bloques sin revocar, suelos rotos sin cementar,ventanas abiertas sin ningún cristal que las proteja del exterior. La construcción de la escuela se inició con dinero propio del director y con algunos préstamos y donaciones que a lo largo de diez años, ha ido recaudando de familiares y amigos suyos; por este motivo la obra se detiene constantemente y los materiales usados no son de buena calidad.

 El techo sin acabar amenaza con desplomarse en algunas zonas. Está básicamente construído por chapas metálicas reforzadas con algunos pilares de madera pero abierto por las esquinas y laterales principales por lo que la luz, el viento, la lluvia ( y también pequeños animales e insectos) entran sin barrera.


En medio de nuestras clases, hemos visto entrar  pajaritos, arañas, hormigas,lagartos de colores, lagartijas y hasta gallinas con sus pollitos.

Interior de una de las aulas. 1º y 2º grado.
 Aquel primer día, mesas y sillas viejas de madera desteñida, con olor a barniz rancio y  unas estanterías polvorientas  con algunos libros de textos; conformaban el único mobiliario. En las pizarras gastadas  de la pared aún podían leerse los ejercicios realizados por los niños durante la mañana.

Ni rastros de color, adornos o pinturas por ningún lado, no había nada que decorara el ambiente ni armonizara su interior.


El panorama de ese sitio tan vacío era desolador.





Mi primera impresión de la escuela fue de  inseguridad: me pareció un edificio inestable a punto de venirse abajo. La entrada del terreno está lleno de alambres, materiales filosos que sobresalen de la estructura, restos de hormigón y ladrillos rotos; que resultan muy peligrosos para estar al alcance de tantos pequeños corriendo, jugando por los pasillos y  el patio.

El techo de la escuela.
 Cuando entré de nuevo en aquellas aulas  al día siguiente, parecía un lugar completamente distinto. ¡Sí! era el mismo  edificio destartalado y ruinoso pero está vez estaba lleno  de niños y niñas alegres, cariñosos, educados, despiertos y curiosos por ver a las nuevas voluntarias.

Nos recibieron con la mejor de sus sonrisas, nos saludaron con una canción y luego esperaron en silencio  a que nos presentáramos.

A partir de entonces comenzaría a forjarse entre ellos y nosotras, un vínculo especial que se fortalecería gracias al afecto que fue creciendo entre todos durante las clases, en Educación física enseñando voley; en las clases de Informática y Artes plásticas. En los recreos entre juegos,canciones,risas,música y baile.

A medida que pasaba el tiempo, también aumentaban las dificultades en el desarrollo de nuestro programa de voluntariado a causa del nada ejemplar comportamiento del dueño de la ONG que nos hospedaba en Ghana. Su falta de palabra, de compromiso, de honestidad y de interés por la escuela y nuestros alumnos, bloqueaba cualquier iniciativa que quisiéramos llevar a cabo, puesto que por su causa; las voluntarias no contábamos ni con apoyo económico (fundamental para llevar a cabo cualquier proyecto), ni  apoyo logístico y mucho menos apoyo moral.


Desde que llegué a Ghana comprendí que lo más importante de nuestro voluntariado debía ser,  a demás de las clases con los niños; garantizar un legado ( por más pequeño que fuera) que permitiera seguir ayudando a  nuestros alumnos incluso cuando nosotras ya no estuviéramos allí.

Un año en GHANA, parece que da para mucho, pero un año en la vida pasa volando, y  en realidad no alcanza para poder llevar a la práctica todas las  ideas que a uno se le ocurren cada día, viendo tantas carencias. Uno ve esta escuela y desearía tirarla abajo y construir una nueva y hermosa, llena de todo tipo de comodidades para nuestros niños. Pero la realidad es bien distinta y nuestras limitaciones económicas eran reales.

Nuestro objetivo era idear un proyecto social que fuera viable y que sirviera para mejorar la calidad de educación de nuestros alumnos. Cuando en un lugar hay tantas necesidades materiales, es fácil soñar a lo grande y  salirse del camino de la viabilidad, ideando proyectos demasiado costosos para los pocos ( por no decir cero) recursos económicos de los que disponíamos en aquel entonces.



Debía  por tanto, ser un proyecto  asequible que beneficiara a la escuela pero que  sobretodo sirviera para consolidar la formación académica de los alumnos. También pensábamos en cuánta falta hacían unos baños nuevos que funcionaran bien. Mantener la higiene en una escuela es fundamental. La orina en el suelo es foco de infecciones, el olor es desagradable y teniendo en cuenta que por falta de agua uno no puede lavarse las manos a cada rato, el caldo de cultivo  de virus y enfermedades entre los niños y profesores se multiplica a tope. Y eso nos preocupaba muchísimo. En ese entorno los niños juegan, estudian, comen, los más chiquitos duermen, etc...

Como explicaba en otra ocasión, Ashaiman tiene todo el sistema de desagües completamente abierto, por lo que la basura, las aguas contaminadas, los insectos y los mosquitos (muchos  de los cuales son transmisores del virus de la malaria) están en nuestro entorno diario. Si a ésto se le añade la falta de agua corriente, el problema empeora.

La necesidad de unos baños era más que obvia.

Baños sin construir.
Aún recuerdo aquel día en el que, siendo  yo alumna de 5º grado del Colegio de María (Las Esclavas); se cortó el agua en toda la escuela por un problema de suministro y nos mandaron a casa, porque 'no era posible dar clases en un colegio tan grande bajo esas condiciones'. Estando ya en Ghana, a menudo pensaba en aquel día en mi colegio en Argentina y me  resultaba irónico, ya que en  nuestra Continental School, SIEMPRE  damos clase sin que haya agua corriente. Allí, no tener agua es la regla y no la excepción.


¡Los baños!..... lamentablemente hacer los baños sería costoso porque su funcionamiento implicaría traer el suministro de agua corriente a la escuela, cuya instalación no estaba hecha y eso ya se complicaba demasiado.

Cada día, Mr. Sampson se levanta a las 4:30 de la mañana, va con su tro tro y carga agua en unos grandes bidones que luego distribuye en otros envases de plástico más pequeños, a lo largo de la escuela: unos bidones van a la cocina donde las cocineras preparan el almuerzo, otros van afuera para limpiar el único sanitario que funciona o el suelo donde se orina; otro va en el medio del pasillo y lo usan los niños para beber, lavarse las manos o limpiar algo.

El edificio de la escuela es inseguro y está inacabado.
También hay un pozo de agua en la entrada del edificio que el profesor va recargando a medida que se agota. No es agua potable pero sirve para otro tipo de usos. Solíamos sacar agua de allí para limpiar o refrescarnos la cara, la cabeza,lavar ropa, etc.

Con Karo veíamos que los niños de la escuela y también los del barrio en general, no tenían espacio en sus casas para hacer los deberes tranquilos. No tienen libros para leer y ya ni hablar de un lugar donde poder estudiar sin molestias. Sus casas son siempre ruidosas y la mayoría tiene varios hermanos y hermanas más pequeños a los que deben cuidar, por lo que tampoco tienen tiempo para ellos mismos, una vez que salen de la escuela.

Así surgió la idea de construir una  Biblioteca que proporcionaría a nuestros alumnos la primera oportunidad en sus vidas de tener un rincón lleno de libros, donde sentarse a leer, disfrutar aprendiendo, hacer los deberes o simplemente pasar un rato de tranquilidad. Siempre fui usuaria de bibliotecas y me gusta la lectura. Afortunadamente, en Fuengirola y toda España, contamos con una Red de Bibliotecas Públicas de excelente calidad y de una extensión impresionante.

Hasta los pueblos más pequeños de nuestra geografía cuentan en su mayoría, con un servicio de Biblioteca pública. A veces ni pensamos en  la suerte que tenemos de poder acceder a este tipo de servicios, sin tener que esforzarnos en absoluto. Cualquiera se hace socio de la biblioteca  hoy y  al instante puede disfrutar de muchísimas ventajas. Yo incluso vivo al lado de una, por lo que no tengo que ni caminar más de cinco minutos para sacar un libro.



Pensaba en ésto cuando estaba en Ashaiman, donde no hay nada que se parezca a una biblioteca comunitaria. No hay ni suficientes hospitales, así que la existencia de bibliotecas, es impensable.El índice de analfabetismo en Ghana no es tan alto como el de otros países africanos, pero aún así un alto porcentaje de la población joven no sabe leer en inglés, aunque sí pueden hablar; ni  tampoco leer en su lengua local.


Por ese motivo, la idea de hacer la biblioteca nos parecía cada vez más necesaria.


¡Ese sería un buen proyecto! Una Biblioteca que sirviera cómo estímulo para nuestros niños y niñas, para que pudieran seguir leyendo, aprendiendo, descubriendo y explorando. Sería el único rincón de la escuela lleno de libros, luminoso y con suficiente espacio para que pudieran descansar y relajarse. Debía ser además, una sala bonita, colorida que no sólo almacenara libros sino que también a través de su decoración, ayudara a inspirar o motivar a nuestros alumnos.




Gracias a la existencia de bibliotecas públicas todos los ciudadanos  que  así lo deseen pueden no sólo acceder a conocimiento, formación o entretenimiento literario; sino que también disponen de un lugar en el cual poder estudiar, relajarse o investigar tranquilamente. Comprar libros de buena calidad no está al alcance de todos, por tanto las bibliotecas desempeñan una función fundamental en la culturización de las sociedades, ayudando a que todo aquel que esté interesado pueda tener a su alcance libros de manera gratuita. No importa el nivel de estudios, no importa el nivel económico ni el tipo de trabajo que uno tenga; los libros están disponibles para todos, ¡¡¡nos esperan a todos!!!! y ese mismo servicio queríamos nosotras trasladar a nuestra pequeña escuela Continental.

Estaba claro que todos teníamos que participar en la construcción: los alumnos,los profesores y las voluntarias, pero... ¿cómo conseguiríamos financiarlo?


Detrás de nuestra amiga está el modelo de politanque
 que se usa en todas partes para almacenar el agua.
Primero hablamos de hacer una biblioteca grande, construirla en  un pequeño edificio  adosado a una de las aulas, en la parte delantera de la escuela donde hay un terreno libre. Queríamos, además intentar hacer los baños  (no renunciábamos a esta idea) y comprar unos politanques donde poder almacenar más agua para aumentar  la reservas de la escuela.

 Ideamos un proyecto escrito en el que  explicábamos detalladamente qué queríamos hacer y cómo gastaríamos el dinero. En principio, fue  presentado a una empresa importante e internacional que se ofreció a ayudarnos.

A pesar de que su respuesta final fue afirmativa e incluso nos llamaron por teléfono para decirnos que la obra se llevaría a cabo; la realidad fue que no  aparecieron más. Fue imposible recuperar el contacto  con ellos y los meses pasaban sin  que volvieran a dar señales. Esperamos con ilusión y paciencia hasta que el tiempo se nos venía encima.

Nuestra propuesta fue rechazada por otras organizaciones que se dedican a financiar este tipo de proyectos, porque lo presentábamos  de manera individual, sin ser una ONG  constituida, ya que  no quisimos  tener nada que ver con el dueño de la ONG que nos asignaron al formar parte del programa del voluntariado europeo, ni  mantener ningún tipo de vínculo con su persona ni con su organización.


Durmiendo la siesta.
Conseguir financiación pública  para proyectos solidarios, es un poco complicado cuando se solicita  de manera individual sin contar con el apoyo de alguna fundación o institución que  solicite oficialmente el dinero. Intentábamos pero no salía nada y con el paso de los meses pensamos que no sería posible construir nada.



Los precios en Ghana aumentaban cada semana y esa inestabilidad económica nos afectaba también a la hora de determinar el presupuesto que necesitaríamos.  Sin  dinero y sin tiempo suficiente como para iniciar ningún tipo de obra grande; decidimos entonces abandonar la idea de construir un edificio aparte, y se nos ocurrió que aquel aula lleno de trastos viejos y que hacía la función de cocina podría ser ideal para la biblioteca.

Sería más sencillo y menos caro reformar un aula, terminar el techo, revocar las paredes, pintarlas, comprar mesas, sillas y bancos nuevos; unos sillones, estanterías y libros,;en lugar de  tener que construir algo desde cero.

Educación física: primeras clases de voley.
Tras meses de  intentar conseguir financiación sin éxito alguno, seguíamos teniendo el problema de cómo conseguir  el dinero. Ya nuestro proyecto era más pequeño  que el que planteamos al principio, tras recortar gastos y limitarnos sólo al acondicionamiento del aula ya existente, a la compra de los libros y el mobiliario básico; pero aún así necesitábamos fondos.

 La solución llegó  en el momento más urgente gracias a la colaboración de nuestros familiares, amigos, conocidos y también otras personas que sin conocernos se interesaron en el proyecto y nos apoyaron.  Todos  ellos mandaron sus aportaciones económicas y así fue como pudimos comenzar el camino hacia la realización de la tan deseada biblioteca. Un camino que no sería para nada fácil y en el cual la falta de tiempo, las lluvias y los imprevistos que siempre surgen en cualquier tipo de obra, dificultarían aún más el desarrollo del proceso.


Los  detalles los dejo para el próximo capítulo... ;)





                                                                                                                                To be continued...



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